domingo, 27 de enero de 2008

HUMBERTO BRENES


Conocido como el "Padrino de los jugadores costarricenses", Humberto Brenes es uno de los jugadores más originales y más populares del circuito de los torneos de póquer. No obstante, Brenes ha demostrado que los chicos buenos no siempre terminan los últimos. Durante las dos últimas décadas ha logrado un récord de torneos espectacular, lo que le ha permitido entrar en los puestos premiados en muchos torneos un año sí, y año también. Los últimos años en particular han sido magníficos para Brenes, sobre todo las World Series of Poker de 2006 donde acabó ganando dinero en 8 eventos, incluido el 36º puesto en el evento principal y embolsándose alrededor de 330.000$.

Brenes no se considera a sí mismo un profesional del póquer. Insiste en que se trata tan sólo de una afición y que su mayor fuente de ingresos procede de Neuces Industriales de Costa Rica, su empresa de exportación de cacahuetes y legumbres. Debe de ser un negocio muy próspero, puesto que desde el 30 de agosto de 2006 Brenes se halla en el número 23 de la lista de dinero de todos los tiempos. Y lo más impresionante es que sus ganancias no proceden de uno o dos grandes triunfos, sino a partir de una actuación constante en los circuitos de torneos.
Brenes es licenciado en Ingeniería Industrial por la Universidad de Costa Rica y el modo de pensar analítico que se requiere para la ingeniería industrial resulta evidente en su forma de jugar al póquer. Antes de que el póquer se convirtiera en la “afición” que es hoy, Brenes jugaba en torneos de bacará y de dados en los casinos de las Bahamas, sacándoles mucho dinero a los turistas que visitaban las islas. Su naturaleza competitiva pronto lo arrastró a un reto mayor que el ganar “dinero fácil” en su localidad. De este modo, comenzó a jugar en torneos profesionales de póquer.


El padre de Brenes empezó a enseñarle cómo jugar al póquer a los 7 años. Brenes se dio cuenta de que su padre era muy indulgente con los jugadores poco expertos, pero su naturaleza competitiva le ha garantizado que, en términos de póquer, el refrán "de tal palo, tal astilla" no es cierto. En la mesa de póquer, su jovialidad y su encanto lo convierten en un oponente simpático y divertido. Pero, ¡no te fíes! Su destreza en el póquer lo ha convertido en uno de los jugadores más respetados de nuestro tiempo.

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